Hombre aparentemente resolvió un problema demostrando que no todos los problemas tienen solución (SPOILER: Siempre no)

Motherboard publicó que un hombre, Norbert Blum, podría haber resuelto el problema P≠NP. Intentaremos explicar la importancia de este hecho a continuación.

Hay muchísima información que digerir para empezar a entender el problema P≠NP, pero básicamente la solución demuestra el poder potencial de las computadoras. Para nosotros los legos, el poder de cómputo parece infinito. Seguramente con suficiente poder de procesamiento y tiempo podríamos calcular cualquier cosa ¿cierto? No exactamente.

Desde 1971, los científicos computacionales encontraron que hay básicamente dos diferentes tipos de problemas según su complejidad. Los problemas tipo P son problemas sencillos, cosas que las computadoras pueden resolver con suficiente poder de cómputo en una razonable cantidad de tiempo. ¿Recuerdas la primera vez que multiplicaste 1 000 000 por 1 000 000 en una calculadora? Ese es un problema tipo P.

Los problemas tipo NP no se pueden resolver mediante algoritmos computacionales sin importar el poder de cómputo disponible ni el tiempo. Cosas como calcular la partida perfecta de Mario Bros (no es broma, si hay gente intentándolo), movimientos perfectos de ajedrez, o plegamiento de proteínas son problemas NP.

Los matemáticos y científicos de la computación descubrieron que un montón de problemas NP son irresolubles de las mismas formas, las puertas son diferentes pero las cerraduras son iguales. Si tan solo pudiéramos encontrar las llaves. Ésta es la dificultad. ¿Cómo saber si los problemas NP son en realidad problemas P para los que todavía no encontramos el truco o si realmente son cosas que nunca seremos capaces de computar?

Así que, de vuelta al tema, Blum supuestamente encontró que P no es igual a NP. De acuerdo a su solución: hay algunos problemas que simplemente nunca seremos capaces de computar. Y eso puede que sea una buena cosa.

La mayor parte de nuestros sistemas de encriptación están basados en la dificultad de factorizar números primos muy largos. La factorización de enteros es un problema de clase NP. Un código de encriptación de 256 bits, como el que usan los bancos e instituciones financieras para proteger la información de nuestras tarjetas de crédito en línea se considera irrompible. Por lo tanto seguro. Si alguien demostrase que los problemas NP son, de hecho, problemas P disfrazados… los bancos tendrían que encontrar una nueva solución de seguridad. Pronto.

El asunto es que P≠NP o “P vs NP” es un problema de los que el Clays Mathematics Institute (CMI) denominó “problema del Milenio” junto con otros 6 problemas y establació un premio de Un Millón de Dólares para quien presentara una solución. Hasta el momento, el único problema del milenio resuelto es la Conjetura Poincaré.

De todas formas y como siempre en la ciencia (principio de falsabilidad): el resto de los matemáticos entablaron una aguerrida competencia para demostrar que Blum estaba equivocado y… Lo lograron. Blum ya se ha retractado y lo ha publicado.

La prueba es errónea. Debo establecer con precisión cuál es el error. Para hacer esto necesito algo de tiempo. Pondré la explicación en mi página.

Así pues, ese problema de comunicación que tienes (y el pago de la tanda en la oficina), no es el único problema sin solución para siempre.

Al menos por el momento.

Luna misteriosa

Cuando la luna se pone re grandota como una pelotota y alumbra el callejón…

Durante la sesión de preguntas de nuestro más reciente evento, la proyección del documental Dark Universe en el planetario de Cancún, hubo muchas preguntas que me llamaron la atención pero pocas de ellas –la verdad ninguna– caen dentro de aquellas preguntas que puedo contestar. Sin embargo: durante una de las preguntas salió un dato interesante que me gustaría contrastar en este pequeño documento.

Hablando de la expansión del universo, se preguntó algo como:

¿A que distancia empieza la expansión y a que magnitud es la gravedad la que reina? Porque el sistema solar no se está expandiendo, ni la Luna se está alejando de Tierra… por la gravedad.

Y es ahí donde todo se derrumbó… Porque, pues… No es cierto. De hecho, la Luna se está alejando de la Tierra a un ritmo de unos 4 centímetros anuales (3.78cm por año, dicen los puristas) y esto podría no parecer mucho pero ya de entrada echa por tierra el supuesto del universo estático a pequeña escala.

Deberíamos primero de empezar por el principio:

La luna es el único satélite natural de la Tierra. Es su compañera de juegos y aventuras desde tiempos inmemoriales. Calculamos –en colectivo, como humanidad– que se formó hace unos 4 500 millones de años y la hipótesis más aceptada de su formación es que fue resultado de una colisión entre un objeto del tamaño de Marte y una Tierra primigenia que separó material del joven planeta y que, eventualmente, se organizaría gravitacionalmente hasta ser la compañera de órbita de nuestro planeta. Así pues: la Luna actualmente es el 5to mayor satélite del sistema solar y es el mayor en proporción con respecto a su planeta: tiene 1/4 del diámetro de la Tierra y 1/81 de su masa.

La luna y la tierra comparten su danza alrededor del Sol y, en algunos casos, se ha llegado a considerar el sistema Tierra/Luna como un planeta binario. Cabe destacar que aun con el tamaño de la luna con relación a la tierra, el baricentro del sistema se mantiene dentro de la tierra, pero a unos 4683km del centro de esta. El Baricentro es el punto en el cual la masa del sistema tierra/luna se divide a la mitad. Si el baricentro estuviera fuera de la tierra entonces, técnicamente, se aceptaría el supuesto del Planeta Binario.

Una característica importante y sumamente obvia de la Luna es que, desde la Tierra, siempre vemos su misma cara. Esto no quiere decir que la Luna no rote ya que, si no lo hiciere, veríamos porciones diferentes de la luna conforme avanzara en su traslación alrededor de la Tierra. Esto quiere decir quea la luna  le toma el mismo tiempo girar sobre su eje que dar una vuelta alrededor de la Tierra. Este hecho es causado por un fenómeno llamado “anclaje mareal”.

La fuerza gravitacional de la Tierra y la Luna interactúan formando mareas, esta interacción ha causado que la rotación de la luna desacelere hasta el punto en que dar una vuelta sobre su propio eje le toma el mismo tiempo que trasladarse alrededor de la Tierra. Este mismo fenómeno está causando que la tierra desacelere su rotación lenta pero progresivamente por la fricción entre las masas marinas y la superficie terrestre. Como dijo el padre Newton: la energía no se crea ni se destruye, así que esta energía rotacional que se “pierde” en la Tierra, se transfiere a la Luna de forma que esta acelera su movimiento de traslación causando que se aleje una media de 3,87 centímetros cada año.

Eventualmente, esta aceleración será suficiente como para que la Luna abandone el sistema tierra/luna al escapar de la influencia gravitacional de la tierra.

¿Cómo sabemos esto?

Como seguramente muchos de ustedes saben o se imaginan, hay necios que no aceptan los hechos si no que están dispuestos a a medirlos y comprobarlos una y otra vez. Un grupo de estos necios colocó unos espejos en la superficie de la Luna durante alguna – o varias – de las misiones Apolo, de tal forma que ahora nosotros podemos apuntar a los espejos de la luna con un laser, esperar a que se refleje y regrese a nosotros y, dado que conocemos la velocidad de la luz, podemos calcular la distancia entre la Tierra y la Luna multiplicando la mitad del tiempo que se tome el láser en ir y regresar a nosotros por la velocidad de la luz. Muy complejo? Veamos la fórmula:

LD = (t * c )/ 2

Donde:

  • LD es la Distancia a la Luna
  • t es el tiempo que se toma el láser en ir y volver a nosotros,
  • c es la velocidad de la luz
  • 2 es… pues 2.

Así de esta forma podemos calcular la distancia de la Tierra a la Luna en ese momento. Debemos recordar que la órbita lunar es una elipse por lo tanto hay momentos en los que está mas lejos que en otro y deberíamos hacer un programa de varios días para poder calcular la distancia media entre la tierra y la luna.

Un último dato curioso.

A veces no dimensionamos la inmensa distancia entre la Tierra y la Luna, y es que estamos tan acostumbrados a su presencia que pocas veces nos hacemos preguntas con respecto a ella. Tomemos en consideración que el resto de los planetas puestos en línea ocuparían unos 383 193km repartidos de la siguiente forma

  • Mercurio: 4 879km
  • Venus: 12 104km
  • Marte: 6 794km
  • Júpiter 142 984km
  • Saturno: 116 464km
  • Urano 50 724km
  • Neptuno: 49 244km.

De tal suerte que, al ser la distancia media entre la luna y la tierra de 384 400km, todos los planetas en fila uno junto al otro cabrían entre la tierra y la luna… sin problemas. Hasta con unos metros entre ellos para no ir tan apretados como en el R1 de Zona hotelera de Cancún a las 6 de la tarde.

Representación artística que ilustra la distancia entre la tierra y la luna comparada con el diámetro de los planetas. #Avedá?

Espero haberte resuelto un par de dudas y haberte regalado un par más.

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¿Por qué los agujeros negros son esféricos?

Como seguramente saben, su grupo de nerds y escépticos favorito – yo soy ambas – se reunió hace unos cuantos días a degustar del cuarto episodio de la serie Cosmos: A Space-time oddyssey y, también como siempre, al final tuvimos la oportunidad de amable y respetuosamente intercambiar ideas, conceptos y dudas generadas por la proyección.

Una de las preguntas fue, precisamente, “¿Por qué los agujeros negros son redondos?” Y aunque esa pregunta se respondió en su momento, me parece que se hizo de una forma muy escueta y me gustaría profundizar en la respuesta:

¿Por qué los agujeros negros son redondos?

Deberíamos empezar por aclarar una cosa: redondo se refiere a una forma bi-dimensional. A un círculo. En realidad, los agujeros negros – y todos los cuerpos celestes – son al menos tridimensionales. La manera correcta de referirse a la forma de los agujeros negros es “esférica”. Así pues, los agujeros negros son esféricos. O al menos eso nos parece.

En realidad, la mayor parte de los objetos celestes que conocemos son esféricos, o semiesféricos. Pensemos por un momento: estrellas, planetas, satélites – la mayoría de los que hay en el sistema solar – y agujeros negros. Todos son esféricos. Los únicos que no cumplen con estas características son los asteriodes y los cometas. Quería incluir aquí a Deimos y Fobos, los dos satélites de Marte, pero en realidad no son tan conocidos e igual ya los incluí.

Algo que comparten todos los cuerpos celestes esféricos es que son masivos, mientras que los cuerpos celestes no esféricos son, comparativamente, mucho más pequeños. Recordemos que un planeta típico se forma a partir de un disco de acreción en un sistema solar naciente. Este disco de acreción, típicamente, rotaría en el mismo plano que rota su estrella madre y en la misma dirección.

Representación artística de un disco de acreción.

En este disco de acreción se mueven partículas de polvo y gas que, poco a poco, se van atrayendo unas a otras por efecto de la gravedad y otras fuerzas. Eventualmente, algunos de estos cúmulos se harán más grandes y empezaran a atraer a más partículas, limpiando así una especie de “pista” en el disco de acreción y volviéndose más y más grandes, sometiendo a sus capas internas a mayor presión y mayor temperatura a causa de la fricción provista por la gravedad.

Como sabemos: la gravedad no discrimina, de hecho, ejerce la misma fuerza en todos los puntos de la superficie de este naciente planeta, como si estuviera tirando continuamente de ellos hacia adentro. Así pues: al hacer esto en las 3 dimensiones espaciales y siendo el material lo suficientemente maleable, la forma final será de una casi esfera.

¿Qué pasa entonces con los asteroides y los cometas? Bueno, ni los asteriodes ni los cometas han llegado a la masa crítica necesaria para que la fuerza de gravedad comprima todo el material hasta la forma esférica. Sin embargo: debido a la naturaleza del hielo, los cometas tienden a ser más esféricos que los asteroides – hechos de roca o metal – los que si pueden tener formas bastante irregulares.

¿Y los agujeros negros qué?

Bueno, los agujeros negros, además, tienen una consideración muy importante y es que tienen ese nombre porque todo “cae” dentro de ellos. Sin embargo, no son un agujero como estamos acostumbrados a verlo, imaginen una coladera destapada a mitad de la calle. Eso es un agujero, ¿cierto?, pero lo es solo en dos dimensiones. Una particularidad del agujero negro es que sería un agujero en 3 dimensiones – de hecho en las 4 porque el tiempo también se supone que funciona diferente ahí adentro, pero dejemos eso para otro momento – y eso es bastante confuso, o sea que puedes caer al agujero negro desde cualquier punto alrededor de el. Esto se vuelve más confuso cuando para hacer las representaciones de los agujeros negros en papel se usan diagramas donde se representa el “tejido del espacio-tiempo” como un objeto bidimensional:

Técnicamente un agujero negro se compone de 2 regiones principales y la “singularidad”. Ambas regiones cuentan con apariencia esferoide para nosotros como observadores pasivos alrededor del agujero negro. La más externa se conoce como “ergosfera” y de ella, al menos teóricamente, se podría extraer energía a través de lo que se conoce como el Proceso de Penrose. De esta región, aunque ya estemos bajo la influencia gravitacional del agujero negro, todavía podríamos escapar con la suficiente aceleración. La siguiente región es el “Horizonte de Eventos”. Ese mágico lugar en el que todo se va al caño. En este caso particular: al agujero negro.

Este horizonte de eventos es lo que nosotros en las representaciones artísticas (como en interstellar) identificamos propiamente como el agujero negro. Parecería una esfera si lo estuvieramos viendo y, dependiendo de la masa de la singularidad, sería más o menos grande. En realidad, desde nuestra perspectiva como un humanito, sería enorme. Pero en medidas astronómicas podria no parecerlo tanto. De esta manera: el horizonte de eventos parecería para nosotros una esfera por acción de la gravedad, la cual es la fuerza que determina la extensión y la posición del horizonte de eventos.

¿Qué pasa después del horizonte de eventos? ¿Qué forma tiene la singularidad?

La verdad es que no lo sabemos. El horizonte de eventos sí que tendrá una apariencia esférica para nosotros pero esto es solo porque somos incapaces de ver más allá del horizonte de eventos. Como ya saben, del horizonte de eventos no puede escapar la luz, ni el tiempo. Agárrense las meninges. Teóricamente, después de un horizonte de eventos se vive una distorsión espacio temporal causada por la gravedad que rodea a la singularidad.

En este caso: la singularidad sería una concentración inmensa de masa en un punto mínimo del espacio tiempo que tendría una atracción gravitacional muy grande. No infinita, pero si al menos lo suficientemente grande como para encarcelar a la luz. Sin embargo, no podríamos apreciar su forma a simple vista porque no hay luz que observar y probablemente la distorsión espacio-temporal nos impediría tomar sus medidas para verificar su forma.

De todo corazón espero que este pequeño texto totalmente coloquial les haya dejado más preguntas. Ya lo dijo el padre Einstein: Lo importante es nunca dejar de hacerse preguntas.

¿Estás más interesado en este tema? Aquí algunas recomendaciones:

Bienvenido a la ciencia.

Phil Plait es uno de mis héroes personales. Es un astrónomo que trabaja en el departamento de física y astronomía de la Universidad Estatal de Sonoma, y ha colaborado con la NASA.
Escribió para Discover Magazine, donde lo conocí; luego lo hizo para Slate, hasta el 31 de enero cuando anunció que iba a dejar de hacerlo, para empezar a escribir en Syfy Wire (que antes se llamaba Blastr). 

Algo que me agrada de Phil –que, por cierto, comparte con Neil de Grasse Tyson – es que asigna parte de su tiempo para refutar teorías locas y compartir información, sin ser agresivo. Un ejemplo es esta explicación de por qué los videos de DJ Sadhu son falsos.

En abril de 2005, Phil Plait dirigió un discurso inspirador para un grupo de estudiantes que participó en una feria de ciencias de su localidad. El discurso se encuentra transcrito en su totalidad en el blog de Discover Magazine con el título “Welcome to Science”.

Recientemente encontré que zenpencils adaptó el discurso de la feria de ciencias en una infografía pero, al igual que todos sus contenidos, estaba en inglés; sé que hay mucha gente no angloparlante a la que le encantaría leer esto, así que me tomé la libertad de traducir y compartirla, esperando que la disfruten:

Sígannos en Facebook, donde estaremos compartiendo una versión segmentada de esta infografía, más amigable con la red social.

¿Tienes algún tema del que te gustaría que escribiéramos? ¡Déjanoslo saber en tus comentarios!

 

Sí, esa frase de Carl Sagan que se está viralizando, es real.

Más que una frase de Carl Sagan es una cita textual de su  libro The Demon-Haunted World: Science as a Candle in the DarkDe hecho, es una de las frases destacadas del libro en goodreads.

Justamente esta frase la vi hoy compartida en letras verdes y dudé si era verdad, pero la verifiqué. Textualmente copiada. Para todos los que no son angloparlantes, me tomé la libertad de traducirla. Nótese que la frase habla de “América” refiriéndose a los Estados Unidos de América, así que en la traducción utilizaré “Estados Unidos” en vez de “América” para evitar confusiones.

Tengo un presentimiento de unos Estados Unidos en la época de mis hijos o mis nietos – cuando los Estados Unidos tengan una economía de servicios e información; cuando casi todas las industrias manufactureras se hayan ido a otros países; cuando haya impresionantes poderes tecnológicos en manos de muy pocos y nadie representando el interés público pueda siquiera comensar a entender los problemas, cuando la gente haya perdido la habilidad de establecer sus propios intereses o cuestionar con conocimiento aquellos que tienen autoridad; cuando, aferrándonos a nuestros cristales y nerviosamente consultando nuestros horóscopos, con nuestras facultades críticas en declive, incapaces de diferenciar entre lo que se siente bien y lo que es verdad, nos deslizamos, casi sin notarlo, de regreso a la superstición y la oscuridad…

El estadounidense embrutecido es más evidente en el lento decaimiento de contenido sustancioso en los medios con influencia enorme, los balazos de 30 segundos (ahora de 10 segundos o menos), programación dirigida al más bajo común denominador, presentaciones crédulas sobre pseudociencia y superstición, pero, especialmente, alguna especie de celebración de la ignorancia.

Así pues, hace 22 años que se publicó este libro y al parecer la epidemia se ha extendido fuera de Estados Unidos hasta los vecinos del sur y más allá. La potencia científica y tecnológica del siglo XX se encuentra ahora mermada y reducida en manos de unos cuantos inescrupulosos respaldados en dioses y otros mitos de la antigüedad. Y es que dicen que en Estados Unidos ya hubo un presidente negro, podría haber un presidente gay, pero ¿uno ateo? JA!

Así pues, en el mismo talante… No podemos olvidar que en México los diputados piden que se le otorguen más fondos a pifias como el Hospital Nacional Homeopático y, seguramente, más de alguno consume Herbalife o aceites esenciales. ¿Cómo funciona? al parecer todo es un ciclo:

Por último… si tú también eres medio book nerd ¡Sígueme en goodreads!

– Cristóbal Galindo en Goodreads

5 libros sobre evolución que ampliarán tu panorama

Hey! Si ustedes asistieron al último evento escéptico seguramente se dieron cuenta de lo extensa – e intensa – que se puede poner una conversación sobre evolución.

Es muy basta la cantidad de información disponible, lamentablemente a veces pensamos que mucha de ella será difícil de comprender y nos rendimos antes de siquiera intentarlo. Tratando de contrarrestar esta tendencia, aquí te traigo 5 libros sobre Evolución que ampliarán tu panorama e incrementarán tu conocimiento en este tema.

  1. Charles Darwin – El Origen de las especies. 
    Un clásico de clásicos. Seguramente los otros libros que escribiremos aquí no serían lo mismo si este libro en particular no hubiera existido. Hoy se dice mucho y se malinterpreta mucha información diciendo cosas como que “Darwin está obsoleto”. La realidad es que la evidencia que ahora tenemos sobre la teoría de la selección natural es abrumadora.


  2. Richard Dawkins – Evolución: El mayor espectáculo sobre la tierra. 
    El “rottweiler de Darwin” vuelve a las andadas escribiendo un maravilloso libro de fácil lectura – raro en el – celebrando el 150 aniversario de la publicación de El origen de las especies. Richard Dawkins abraza la divulgación de una forma sencilla y te envuelve en un magnífico relato sobre el que es, efectivamente: el mayor espectáculo sobre la tierra.


  3. Stephen Jay Gould – El pulgar del panda. 
    No me considero Gouldista y la verdad es que no es mi autor favorito, pero este libro en particular me dio la oportunidad después de la universidad de reencontrarme con la que había sido la carrera de mi vida y de enamorarme nuevamente de ella a través de una narrativa sencilla y nada pretenciosa. Ahora: no me malinterpretes. Yo podré ser anti-Gouldista, pero reconozco la importancia de su figura como autor en la divulgación de la ciencia.


  4. Yuval Noah Harari – Sapiens. De animales a dioses: Una breve historia de la humanidad
    Este fue, por mucho, mi libro favorito de 2016. Tenía mucho que sabía de el y la verdad es que siempre me había dolido el codo de comprarlo hasta que, un día, vi una cita en Facebook que acabó siendo sacada de este libro y supe que tenía que leerlo.

    La cultura tiende a aducir que solo prohíbe lo que es antinatural. Pero, desde una perspectiva biológica, nada es antinatural. Todo lo que es posible es, por definición, también natural. Un comportamiento verdaderamente antinatural, que vaya contra las leyes de la naturaleza, simplemente no puede existir, de modo que no necesitaría prohibición.

    Así pues, con esa cruda revelación llegué a Yuval Noah Harari y no me decepcionó. Sin lugar a dudas es un gran punto de partida si quieres entender evolución, sobre todo evolución humana.
    Eso si: prepárate a que te haga cuestionarte un par de cosas que crees saber de forma inamovible.


  5. Richard Dawkins – El gen egoísta: Las bases biológicas de nuestra conducta.
    Prepárate para una aventura por la biología molecular de forma que nadie ni nada te ha preparado antes. No quería repetir autores pero, honestamente, Dawkins es el evolulólogo de cabecera – o debería de serlo – además de ser un vocero del ateísmo a nivel mundial. Este libro no es tan fácil de digerir como el anterior y, de hecho, es probable que te cause un par de dolores de cabeza. Mi recomendación es que lo dejes para el final. Lee los demás, luego tómate un café, sosténte las meninges y lee un nuevo clásico de la biología evolutiva que posiblemente acabe siendo libro de texto en las próximas generaciones de biólogos… si no es que ya lo es.

Esas son mis recomendaciones sobre libros de evolución. ¿Tienes tú alguna?

Steven Pinker sobre la Segunda Ley de la Termodinámica

Por qué las cosas se derrumban en el mundo físico y en nuestro mundo también.

La segunda ley de la termodinámica dice que en un sistema aislado (uno que no está añadiendo energía), la entropía siempre se incrementa al paso del tiempo. Los sistemas cerrados, inexorablemente, se vuelven menos estructurados, menos organizados, menos capaces de alcanzar resultados interesantes y útiles, hasta que se deslizan a un equilibrio de gris y tibia monotonía y se quedan ahí.

La segunda ley es reconocida en la vida diaria a través de dichos como “Todo se derrumba”, “No puedes desrevolver un huevo” y “Lo que pueda ir mal, irá mal”.

En 1915 el físico Arthur Eddington escribió “La ley que indica que la entropía siempre se incrementa mantiene, pienso, la posición suprema entre las leyes de la naturaleza.” ¿Por qué el asombro por la segunda ley? Creo que define el último propósito de la vida, la mente y el esfuerzo: el despliegue de energía e información para luchar contra la marea de entropía y esculpir refugios de orden benéfico.

La segunda ley también implica que el infortunio puede ser culpa de nadie. La mente humana naturalmente piensa que cuando cosas malas ocurren – accidentes, enfermedad, hambruna – alguien debe haber querido que sucedieran. Galileo y Newton reemplazaron este juego de moralidad cósmica con un universo de exactitud de reloj en el que los eventos están causados por condiciones en el presente, y no por metas en el futuro.

La segunda ley profundiza en ese descubrimiento: No solo el universo carece de interés sobre nuestros deseos, si no que en el curso natural de los eventos parecerá que los frustra, porque hay muchas más maneras de que las cosas vayan mal a que vayan bien. Las casas se incendian, los barcos se unden, las batallas se pierden por un clavo de herradura de caballo. La materia no se ordena espontáneamente en refugio o abrigo, y los seres vivientes no saltan a nuestros platos para volverse nuestro comida. Lo que necesita ser explicado no es la pobreza si no la riqueza.

Una subapreciación de la Segunda Ley invita a la gente a ver en cada problema social irresoluto el signo de que el mundo se está yendo al despeñadero. Pero es parte de la naturaleza misma del universo que la vida tenga problemas. Es mejor imaginarse como resolverlos, aplicando información y energía para expandir nuestro nicho de ordenamiento mejorador de vida, que iniciar un conflicto y desear lo mejor.

El profesor Pinker es un Psicólogo en la Universidad de Harvard y más recientemente el autor de “The Sense of Style”

Traducido de una adaptación de la Edge 2017 Anual Question, a ser publicada en Edge.org el 31 de diciembre de 2016. Traducido sin permiso de The Wall Street Journal. Ver Publicación Original.